Nuestra Constitución Política en su artículo 258
establece el voto como un derecho y un deber ciudadano, pero nuestros ilustres
padres de la patria, en su infinita sabiduría, y en su constante y reiterada
idea de reformar la Carta Magna han radicado el proyecto de acto legislativo
No. 01 de 2.014 para modificar dicho artículo y convertir el voto en
obligatorio.
Los autores de esta iniciativa aseguran, que con
el establecimiento del voto obligatorio, buscan robustecer la democracia y
limpiar las costumbres políticas, pero en la práctica si analizamos la
situación actual de la democracia colombiana, es difícil creer que con el
establecimiento del voto obligatorio se erradicarían las malas costumbres
políticas practicadas por la clase política del país, que son las que
propician, imponen y se benefician de ellas y no el elector primario, pues este
es víctima de los políticos y del sistema electoral.
La abstención del pueblo Colombiano a participar
en los diferentes procesos democráticos de elección popular, se debe entender
como la forma de expresar, del constituyente primario, su inconformismo con la
clase dirigente y los partidos políticos de nuestra nación, más no como la
causante de la corrupción reinante en las elecciones.
Los honorables congresistas con esta iniciativa
olvidan que la problemática de la democracia colombiana tiene que ver con el
sistema electoral, el cual permite el fraude y el clientelismo, por tanto,
establecer la obligatoriedad del voto es aumentar la cifra repartidora para la
elecciones de los integrantes de corporaciones públicas y por ende el umbral,
lo que obligaría a las maquinarias políticas y partidos políticos a desplegar mayor
fraude electoral para alcanzar la mayor cantidad de curules, alejando cualquier
posibilidad a que integrantes de las clases populares tengan posibilidad de
acceder a cargos de elección popular.
La implementación del voto obligatorio deja más
interrogantes que certezas, ya que debemos analizar ¿Cómo votarían las personas que no se encuentran en las ciudades o
municipios donde están inscritos o aptos para votar?, ¿Cuál sería el método utilizados para que los enfermos o personas que
por cualquier motivo no puedan desplazarse a los puestos de votación? o ¿Qué hacer para evitar las largas filas en
los puestos de votación y fluir de manera rápida las votaciones?
¿Será que los honorables congresistas tuvieron
en cuenta estos interrogantes? o su fin es altruista de robustecer la
democracia y limpiar las costumbres políticas y no la búsqueda de un ingreso
ocasional astronómico, ya que al incrementar el número de electores, se aumenta
el número de votos, lo que generaría más ganancias a los candidatos por el concepto
de la reposición de votos.
Creo que es un absurdo jurídico la imposición
de la obligatoriedad del voto, lo ideal, a mi juicio, hubiera sido que los
padres de la patria debieran radicar un proyecto que garantizara unos
beneficios que invitaran a los ciudadanos ejercer su derecho constitucional al
voto, fortalecer el sistema de partidos y tomar medidas efectivas para
garantizar el blindaje del sistema electoral colombiano contra el clientelismo
y la corrupción.
Colombia es un país con un sistema democrático
que debe garantizar las libertades de sus ciudadanos y no ejercer presión e
implantar la imposición a los electores de apoyar partidos o movimientos
políticos que no representan sus ideales y elegir dirigentes incapaces de
cautivar con ideas y propuestas el fervor popular.
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