lunes, 13 de junio de 2016

NO PERMITAMOS OTRO BRONX

La intervención realizada en la zona marginal del Bronx en la capital de la República, ha conmocionado, consternado y aterrado a Colombia y al mundo con los hallazgos encontrados en esta zona de tolerancia, donde se ha impetrado explotación sexual a menores, secuestros, tráfico de droga, existían casas de pique, esclavos y hasta túneles donde los delincuentes se escabullían de las autoridades.


Son aberrantes los hallazgos, pero también es irregular que los gobiernos se hayan hechos los de la vista gorda conociendo con anterioridad esta problemática, también se debe tener mucho cuidado con las intervenciones, aunque se han capturado expendedores, incautados armas y alucinógenos y destruido las casas de vicios, preocupa que no se ha realizado un trabajo social integral con esta población, donde se les garantice una mejor calidad de vida y un proceso de recuperación que permita la disminución de estas zonas de tolerancias, lo que conllevaría a decir que fue peor la cura que la enfermedad, porque en vez de solucionar la problemática, estaríamos desplazándola a otros lugares de la ciudad, ampliando estas zonas e invadiendo otros sectores, como sucedió en el pasado con la famosa calle del cartucho.

Las zonas de tolerancia o mal llamadas ollas se están convirtiendo en un pan diario en todas las ciudades de Colombia, pero es preocupante la situación que está presentándose en pequeños municipios, donde era escaso el consumo de alucinógeno y la delincuencia, hoy en día encontremos que a pesar que no existen zonas de tolerancia definidas, el consumo de droga se ha incrementado de forma alarmante, que la prostitución infantil va en niveles preocupante y que la seguridad ha mermado de manera asombrosa.

Por eso se hace necesario de manera urgente la intervención de los alcaldes y gobernadores, para que de manera articulada trabajen mancomunadamente con las autoridades policiales y judiciales para adelantar acciones que aseguren un balance entre las acciones de seguridad y las acciones de tipo social como salud, educación, prevención, oportunidades y tratamiento, que garanticen la disminución de esta problemática en nuestros municipios, para así soñar con la construcción de una vida digna y un mejor bienestar en nuestros jóvenes.

Si no actuamos a tiempo y con políticas gubernamentales que permitan combatir eficazmente este flagelo, estaremos condenando a nuestros municipios a convertirse en los próximos Bronx de Colombia, por eso conmino a toda la sociedad y en especial a los padres de familia, educadores y gobernantes a que nos apersonemos de nuestros niños y juventud, que le brindemos una oportunidad real de esparcimiento activo, capacitaciones, atención y afecto que le permitan alejarse del camino de las drogas y los encaminen a la ruta del estudio, la superación, el bienestar y construcción de un mejor mañana.

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