El
4 de Julio de 1.991 cuando el Presidente Cesar Gaviria Trujillo firmo la
promulgación de la nueva Constitución Política de Colombia los Colombianos
celebramos el establecimiento de unas bases sólidas para establecer un nuevo
país, ya que nuestros constituyentes instauraron
en Colombia el Estado Social de Derecho, cuyo compromiso fundamental es
garantizar los derechos esenciales de los ciudadanos para lograr una vida
digna.
Desde
este momento se instituyo principalmente la defensa de los Derechos del
Ciudadano; los cuales en un principio fueron considerados como los derechos
inherentes a la persona humana, por tal razón fueron llamados los derechos
individuales, los cuales establece el Título II capítulo I de nuestra Carta
Política; pero nuestra Jurisprudencia y en especial la de la Corte
Constitucional la cual ha sostenido que el Constituyente no determinó en forma
taxativa cuáles eran los derechos constitucionales fundamentales, sino que fue
su voluntad conferir simplemente un efecto indicativo a la ubicación y
titulación de las normas constitucionales.
De
acuerdo a este precepto decidieron ampliar este concepto y reconocieron como
Derechos Fundamentales ciertos Derechos Sociales que son necesarios para que la
persona cuente con una vida digna. De lo anterior podemos inferir que los
Colombianos tenemos una serie de Derechos que nos permiten una garantía hacia
el respeto y la promoción de la persona, así mismo asegurar el desarrollo de
las necesidades básicas e intelectuales. Por ello la misma Constitución
establece que los Derechos Fundamentales son de aplicación Inmediata y los consagra
en su Artículo 85.
Entre
los Derechos Fundamentales encontramos que los Colombianos tenemos derecho a: la
Vida, la salud, la educación, no existirá desaparición forzada, torturas, ni
tratos inhumanos o crueles, ser libres e iguales ante la ley, tener intimidad
personal y familiar, tener libertad de conciencia, libertad de expresar y
difundir nuestros pensamiento y opiniones, a la paz, a circular libremente, al
debido proceso, a la conformación, ejercicio y control del poder político;
entre otros.
Analizando
nuestra Bella Constitución desde su preámbulo podemos manifestar que es una
Constitución vanguardista que no solo consagro a nivel constitucional los
derechos fundamentales, del ciudadano o como queramos llamarlos sino que creo
herramientas para garantizar su efectividad.
Pero
observando el diario vivir, la realidad del país podemos concluir sin temor a
equivocarnos que la intención de nuestros constituyentes, instituciones como el
Estado Social de Derecho, Carta de Derechos, Democracia Participativa,
Independencia de la Justicia son letra muerta y en constante violación y vulneración
por el mismo estado colombiano.
De
ahí que encontramos que el Derecho a la Vida es constantemente violado por
grupos al margen de la ley (narcoterroristas) como por el mismo estado, la
salud no es garantizada y se ha convertido en el negocio de los grandes
políticos que son dueños de las EPS, la Educación es sacrificada y de mala
calidad, existe desaparición y torturas por los grupos ilegales como por el
mismo estado como el caso de los falsos positivos, no existe igualdad ante la
ley vemos como se condena un ciudadano del común a una alta pena por robarse un
caldo de gallina y grandes políticos que hurtan el erario público le brindan
libertad condicional, casa por cárcel o penas irrisorias, no existe intimidad
ya que el mismo estado se encarga de chuzar a las personas de bien mientras que
a los narcoterroristas no le realizan inteligencia, la libertad de pensamiento
es coartada por el estado y grandes líderes políticos toda vez que si no compartimos
sus ideales somos considerados izquierdistas, facilitadores de la guerrilla y
la PAZ que es tan anhelada y reclamada por todos en nuestro país es torpedeada,
atacada saboteada por los mercaderes de la guerra y por grandes dirigentes para
convertirla en fortín político.
En
este orden de ideas nuestra amada, garantista y vanguardista constitución se ha
convertido en un texto frío, empolvado y olvidado en los anaqueles de la
historia, por eso se hace necesario que todos la defendamos, hagamos respetar y
valer nuestros derechos para de esta forma construir un verdadero Estado Social
de Derecho que garantice la dignidad humana, preserve las libertades
individuales y reconozca, sin discriminación alguna, la primacía de los
derechos fundamentales, económicos, culturales y colectivos.
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