jueves, 1 de octubre de 2015

ALIANZAS POLITICAS

Cada día está más cerca el día D. La llegada del 25 de Octubre es inminente. Desde ya los diferentes candidatos realizan un exhaustivo análisis de sus campañas y sus posibilidades de acceder al poder, por ello evalúan su nivel de aceptación, popularidad y conocimiento de sus propuestas entre el constituyente primario.

Somos conscientes que, en la democracia moderna, son necesarias las alianzas electorales en la medida que un candidato no cuente con los votos necesarios para acceder al poder. Por eso realizan las coaliciones que le garanticen la victoria y de esta manera sus propuestas y programa de gobierno coadyuve a mejorar la situación de su municipio o departamento.

Pero esto solo se presenta cuando los candidatos dejan de lado sus intereses particulares, para asumir la difícil tarea de construir una alternativa política real, que fusionen sus programas de gobiernos para garantizar al electorado una propuesta solidaria y transformadora, sustentada en la búsqueda del mejoramiento de las necesidades prioritarias de sus comunidades y el mejoramiento de las condiciones de vida de su gente.

Estas alianzas serían de gran importancia en la construcción de una democracia fortalecida y de brindar una verdadera opción de progreso y desarrollo a la gente, pero desafortunadamente en nuestros municipios la realidad es otra, muchos candidatos no buscan alianzas con otros, sino debilitar a sus oponentes con el ofrecimiento de prebendas y burocracia a sus líderes.

Así mismo existen candidatos que hacen de sus aspiraciones una profesión, obvian los intereses generales de sus conciudadanos para dar prioridad a sus intereses personales. De forma descarada presentan sus nombres en cada elección con el ánimo de sacar provecho de ello, y venderse al mejor postor sin importar el sentir, esfuerzo y sacrificio de sus seguidores.

Esta práctica hace necesario que nosotros, como parte fundamental de los procesos electorales en la cual recae la responsabilidad de elegir y escoger a los gobernantes que regirán los destinos de nuestras comunidades, depuremos la política y la oxigenemos.

Nosotros con nuestro voto tenemos la potestad de premiar o castigar las malas costumbres políticas, de devolverle a la política su significado primordial, eliminando de una vez por todas la politiquería y los mercaderes de votos que tanto daño le han hecho a nuestra democracia, que son los responsables del atraso en el que vivimos y no permiten que el desarrollo, progreso y satisfacción de las necesidades de los pueblos sean resueltas.

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