viernes, 9 de octubre de 2015

LOS PASTORCITOS DE LA POLITICA

La cuenta regresiva se encuentra activada, el 25 de octubre ya se vislumbra, fecha en que la fiesta democrática toma su mayor auge y los diferentes candidatos a cargos uninominales y a las diferentes corporaciones aceitan su campaña con publicidad, prebendas económicas, burocracias y promesas para lograr cautivar el apoyo popular y poder ser elegidos en esta fiesta democrática.

En su afán de conquistar el fervor popular muchas campañas olvidan lo primordial y objetivo fundamental del voto programático, exponer o presentar su programa de gobierno para que el constituyente primario lo conozca y tenga la posibilidad de implementar el mecanismo de revocatoria de mandato por el incumplimiento de sus propuestas.

Otros se dedican a inyectar grandes sumas de dinero en la compra de conciencia, y aprovechándose de la difícil situación que padece nuestra gente, prostituyen al elector, logrando que venda su voto por una irrisoria suma de dinero, que solo coadyuva a solucionar por unos días su precaria situación, pero que más tardes le acarrea la falta de compromiso y decisión del gobernante de gestionar el mejoramiento de sus condiciones de vida, toda vez que debe recuperar el dinero invertido en campaña para acceder a su cargo.

También existen candidatos que utilizan el rumor y chisme para sacar provecho de la indecisión del electorado, es así como aplican la estrategia de desmontar a sus adversarios y asegurar su adhesión a sus aspiraciones, para que el incauto pueda acceder a beneficiarlo con su voto, pero como toda mentira, es desvirtuada y su estrategia se convierte en su más temible castigo, porque la gente al darse cuenta del engaño no lo respalda en las urnas.

Otro grupo alardea de su condición humilde, de su vocación de servicio y carisma para embaucar a la gente humilde, que por solidaridad decide acompañarlo y depositarle su confianza con su voto, pero al ser elegido se convierte en el elitista, ególatra que siempre fue, olvidándose de la gente más necesitada que lo ayudo y necesita de su concurso para lograr un bienestar en su vida.

Por eso el voto nos da un privilegio sagrado, de elegir a conciencia, de acuerdos a las propuestas presentadas que sean realizables y sostenibles financieramente, de esta forma garantizaremos la construcción de un mejor futuro, donde el progreso, desarrollo y mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes sea una realidad, porque si nos dejamos embaucar de los demagogos, politiqueros y mercaderes de votos estaremos condenado al atraso y padecimiento de las necesidades básicas insatisfechas.

Este 25 de Octubre debemos saber elegir, no caer en el juego de los pastorcitos mentirosos de la política, que solo buscan es la satisfacción de sus intereses personales, olvidándose del bienestar general, esos que se divierten y burlan de los electores con sus mentiras, dibujándoles un futuro mejor cuando la verdad es otra. Recuerden “nadie cree a los mentirosos, ni siquiera cuando dicen la verdad”.

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