sábado, 26 de diciembre de 2015

LO QUE INDIGNA A LOS COLOMBIANOS

Como colombiano una inmensa alegría y satisfacción recorrió mi ser cuando en miss universo anunciaron a nuestra candidata Ariadna Gutiérrez como la mujer más bella del planeta, esa alegría contrasto con la indignación y el coraje al escuchar al presentador Steve Harvey manifestando que se trató de un error y que la Miss Universo realmente era Miss Filipinas.

Soy un convencido como todos nuestros compatriotas que no se trató de ningún error, que fue una decisión premeditada, donde no solo nuestra beldad fue ridiculizada y humillada sino toda nuestra nación, por lo que repudio este robo y burla por parte de los organizadores de un certamen que año tras año pierde importancia y relevancia a nivel mundial.

Este incidente me remonta al episodio del gol anulado a Mario Alberto Yépez en el Mundial frente a Brasil, donde el pueblo colombiano olvido por unos días la polarización política que se ha apoderado de nosotros, para adelantar nuestro rechazo a las decisiones tomadas en contra de la selección Colombia a tal punto que llegamos hasta amenazar con iniciar acciones judiciales ante el robo acontecido, así mismo ocurre en la actualidad con el caso de Ariadna.

Lo paradójico de la vida es que los colombianos nos preocupamos más por los atropellos, injusticias que nos suceden en certámenes de belleza o competencias deportivas, que los abusos, infamias e ilegalidades que se cometen en contra de nuestros derechos o que atentan contra nuestra integridad o vida; es doloroso apreciar como nuestros niños wayuu mueren por desnutrición y sufren por falta de agua ante la mirada silenciosa de todos los habitantes de nuestro país.

Como es posible que el salario mínimo en Colombia se estipule en una cifra irrisoria, atentando contra la calidad de vida y bienestar de la clase asalariada mientras que el costo de vida se eleva  de manera desproporcional, sin que nos pronunciemos o exijamos un salario mínimo digno que nos permita garantizar y satisfacer nuestras necesidades básicas y la de nuestras familias.

Nos acostumbramos a presenciar a diario el paseo de la muerte, los centros hospitalarios abarrotados de pacientes, las EPS evadiendo la atención adecuada a sus afiliados, negando el suministro de los procedimientos y medicamentos que se requieren para garantizar el derecho fundamental a la salud, pero ante estos hechos callamos y no adelantamos las acciones necesarias que permitan que los colombianos gocemos de un sistema de salud eficiente, adecuado y efectivo.

Nuestra educación se encuentra en precarias condiciones donde las instituciones educativas no tienen instalaciones adecuadas, los docentes son mal recompensados, no cuentan con las ayudas didácticas idóneas que permitan brindar una mejor educación a nuestros hijos, por eso los resultados de las pruebas estatales y de las pisa son deficientes, pero como ya es costumbre los colombianos asumimos esta problemática lo más normal, por ello no protestamos y mucho menos exigimos una mejora educativa.

El robo del gol de Yépez me indigno, la humillación a nuestra reina me lleno de coraje y como todos nuestros compatriotas elevo mi rechazo y mi voz de protesta ante estos atropellos, pero también es cierto que los Colombianos debemos indignarnos y protestar hasta ver solucionado un cumulo de situaciones que atentan contra nuestro bienestar y no permiten que el mejoramiento de nuestra calidad de vida sea una realidad, es hora de despertar, de lo contrario seguiremos sumergido en el universo mágico plasmado por nuestro gran nobel Gabriel García Márquez.

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