martes, 20 de diciembre de 2016

LA CORRUPCIÓN, MAESTRA EN LA EVOLUCIÓN DEL TIEMPO

Foto/http://www.bancomundial.org
Evocando el pasado recuerdo cuando las comunidades acudían ante los gobernantes de estos pueblos olvidados y abandonados por el estado, para solicitar solución a la problemática que los aquejaba, el burgomaestre sin tanta parafernalia y procedimiento ordenaba la inmediata intervención para remediar la situación anómala y satisfacer a sus gobernados.


Pero los tiempos cambian, hoy para que los gobernantes puedan ejecutar una obra o dar solución a la problemática que afecta a sus municipios se hace necesario una serie de trámites y procedimientos a fin de llevar a cabo las etapas contractuales de todo procedimiento administrativo.

Estos cambios fueron realizados para evitar la corrupción, garantizar la transparencia, eficacia, responsabilidad y selección objetiva en la contratación pública, pero lo que vive el país a diario es todo lo contrario, habida cuenta que las comunidades no encuentran solución a su problemática con prontitud y eficacia, por el contrario los casos de corrupción se incrementan y los dineros del erario son malversados y derrochados.

Nuestros abuelos daban honor a su palabra, la cual era la más fehaciente prueba de cumplimiento y compromiso, ahora ni los contratos, clausulas y mucho menos las imputaciones penales y disciplinarias son los mecanismos persuasivos para lograr que se cumpla con lo pactado o contratado, se perdió el honor, la vergüenza y honra.

Antes les aterraba y temían a la sanción social, al escarnio público, por eso sus actuaciones eran consecuentes con las normatividad legal para no estar inmerso en cualquier problema judicial, en la actualidad se ha perdido los principios y valores, hemos convertido en moda  el jet set judicial, aparecen en las primeras páginas de los medios por actos de corrupción sin la más mínima perturbación a la honra y buen nombre.

El hombre a través del tiempo ha perdido la vergüenza y el desparpajo, en su afán de acumular riquezas y en la búsqueda de su bien personal, hace de la deshonra y menoscabo de su dignidad algo normal, hemos evolucionado para mal, permitiendo que la corrupción se convierta en un elemento natural de nuestra sociedad, sin darnos cuenta y entender que es la única culpable de todos nuestros problemas, de la violencia, desigualdad y subdesarrollo donde nos encontramos sumido.

Por eso se hace necesario que el constituyente primario asuma el rol de oxigenador de la política, al elegir personas idóneas con alto nivel de principios que conlleven a salvaguardar las necesidades del pueblo sin el afán rutinario del beneficio particular, así mismo retomar los pensamientos del pasado, rescatando la ética y valores de nuestros antepasados, donde el honor, la honra y la dignidad de una persona eran su bien más preciado, para de esta manera recomponer el camino y construir un país equitativo, igualitario, con oportunidades, desarrollo y que propende por el bienestar y mejoramiento de las condiciones de vida de todos sus habitantes, porque si no seguiremos condenados a vivir con las necesidades insatisfechas, la politiquería y la corrupción carcomiendo a diario nuestra sociedad.

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