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Desde que el gobierno nacional y la
guerrilla de las Farc firmaron la paz, a los colombianos nos levantaron la
venda de los ojos, nos despertamos del letargo donde nos encontrábamos sumido,
empezamos a darnos cuenta que los problemas del país no solo era la guerrilla,
abrimos nuestros ojos y nos encontramos con una dura realidad, el verdadero
problema de Colombia es la corrupción reinante en la clase política.
Hoy por hoy que tenemos un trinomio
comprometido con erradicar la corrupción, como es la fiscalía, procuraduría y
contraloría, por ello hemos palpado el grado de degradación de la clase
política del país, hemos cuantificado las sumas multimillonarias que se han
apropiado del erario, dejando al país con muchas necesidades insatisfechas.
Mientras existía la guerra todas las
miradas la fijábamos hacia ella, mientras los políticos inescrupulosos
aprovechaban para apoderarse del dinero de los colombianos, dejando sin
recursos la salud, educación, servicios públicos y demás sectores, pero nos
mantenían levitando con la excusa que la guerra era la peor enfermedad que
estaba carcomiendo nuestro país.
Los órganos de control del nivel
central han iniciado una cruzada contra la corrupción, han abierto
investigaciones y destapado escándalos de grandes proporciones, demostrando
cual ha sido el peor flagelo de este país, el cual no ha permitido que las
necesidades sean satisfechas, que la inversión llegue a las regiones y el
bienestar sea una garantía para los colombianos.
Esta labor emprendida por el Fiscal,
Procurador y Contralor necesariamente necesita del concurso de todos, debemos
unirnos todos para erradicar la corrupción de nuestro quehacer diario y del
ejercicio político, por eso se hace necesario que se elija sangre nueva,
honesta y transparente que permitan la construcción de un nuevo país, enfocado
en dignificar la política y preocupados por el bienestar general y no el
personal.
Estamos a tiempo, estos múltiples casos
de corrupción son una alerta, las finanzas del país colapsaron, los políticos
corruptos han saqueado nuestros recursos a tal punto, que se hizo necesario
apretarnos el cinturón para equiparar la economía y no llevar el país a la
hecatombe económica y social.
En los últimos años nos han vendido la
idea que ciertos grupos políticos nos iban a llevar a la lamentable situación
social y económica de Venezuela, pero el trasfondo de todo esta amenaza, era
tenernos vendados y no pudiéramos ver las grandes sumas de dinero que se
apropiaban de nuestro erario, es posible que lleguemos a la situación de
Venezuela, sino tomamos medidas oportunas y contundente para acabar la
corrupción y la politiquería.
Es por ello que
todos, unidos debemos hacer un frente común, debemos combatir la corrupción, no
podemos ser permisivos con los dirigentes que desangran nuestras finanzas y
viven a expensas de nuestro dinero, debemos depurar la política y elegir
gobernantes que nos tracen una nueva hoja de ruta, donde el bienestar, desarrollo
y progreso sea el pan de cada día y no la corrupción y la politiquería.
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