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Recientemente nos encontramos que
nuestro país vive bajo el mal presagio de un sector público, que requiere no
más, que la aceptación política del país, pues, sus predicaciones solo van en
búsqueda del apoyo político-social de nuestra nación y de no aceptarlo así, Colombia
estaría condenada a la hecatombe convertida
en una próxima Venezuela.
Las grandes prensas nos saturan con
las lamentables y condenables acciones que se adelanta en Venezuela en contra
de sus habitantes, las marchas de descontento e inconformidad de un sector de
la población y la difícil situación que atraviesan por la escasez de alimentos,
medicinas y elementos de primera necesidad.
Conocemos de primera mano todos los
sucesos ocurridos en Venezuela, gracias a nuestros medios de comunicación que
se han preocupado para que la noticia sea difundida hasta la saciedad y a la
posición de un grupo político que se ha convertido en defensor acérrimo de la
oposición venezolana y se han solidarizado con su pueblo, pero utilizando su
sufrimiento con fines políticos y buscar respaldo y apoyo de nuestros
nacionales en las próximas contiendas electorales.
Por su parte en Colombia los
docentes completan 18 días de cese de labores, donde solicitan al gobierno
nacional la reivindicación de sus derechos, mejoras en su sistema de salud,
adecuaciones locativas para la implementación de la jornada única y mejorar la
calidad educativa y por supuesto una mejora salarial, la colectividad de
trabajadores estatales conlleva el peso de la Reforma Tributaria, no queda más
que sortearse el diario vivir para
sostener su economía y una calidad de vida digna.
En Quibdó y Buenaventura se inicia
la segunda semana de paro cívico donde exigen el cumplimiento de los
compromisos adquiridos por el gobierno nacional en 2015, inversiones y obras
que permitan satisfacer sus necesidades insatisfechas, el mejoramiento de sus
condiciones de vida y salir del olvido y atraso que por décadas los han
mantenido.
En el Copey y Ocaña se adelantaron
jornadas electorales de Revocatoria de Mandato, demostrando el descontento y
desaprobación de un sector de los pobladores de la gestión adelantadas por los
alcaldes de estos municipios. Nuestros policías son asesinados por plan pistola
ordenado y financiado por el Clan del Golfo.
Colombia es un caos, la situación no
es la mejor, pero la prensa no adelanta el despliegue periodístico requerido
para que se atienda de manera oportuna y efectiva los requerimientos del
pueblo, la oposición no levanta su voz de protesta y solidaridad con estas
luchas sociales, dado a la preponderancia de confundir a la opinión pública
atacando el proceso de paz y creando pánico al vendernos la idea que los
partidos de corte socialistas y/o de izquierda sucumbirían a nuestro país en la
anarquía total.
Aquellos políticos se han olvidado la
vil manera de gobernar nuestro país en la que conllevaron a situaciones
similares a las vividas en Venezuela, donde interceptaban y perseguían a la
oposición, legislaban a su conveniencia, acabaron con el sistema de salud, percibimos
falsos positivos y demás vejámenes en nombre de la seguridad.
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