Ante la grave crisis
social, económica, política y administrativa de Venezuela, los colombianos
hemos sido víctimas de un adoctrinamiento sucesivo e intencional por parte de
una vertiente política y los medios de comunicación, el cual se ha incrementado
de acuerdo a los sucesos ocurridos en la hermana república.
Con este
aleccionamiento han logrado que los colombianos olvidemos los problemas y padecimientos
que sufrimos en nuestro país, nos han sumido en un letargo sin importarnos
temas transcendentales para el futuro del país, es por ello que desconocemos y
no hemos asumido un análisis del Plan de Desarrollo del actual gobierno, para
conocer las propuestas planteadas, a tal punto que el PND en vez de convertirse
en la hoja de ruta para la construcción de un mejor país, se ha convertido en
una herramienta donde el ejecutivo pide facultades para modificar el Estado,
reformar al sector salud, regalías, pensiones, servicios públicos,
infraestructura hasta impuesto entre otras, tratando de imponer la política de
su interés sin ninguna discusión o consenso.
Así mismo el gobierno
ha objetado la ley estatutaria de la JEP y reiterado su propósito de presentar
reformas constitucionales para lograr adecuar la Justicia Especial para la Paz
de acuerdo a su dogma político, poniendo en grave riesgo los acuerdos
alcanzados con la Farc que han permitido que la estela de violencia, terror y
dolor hayan disminuido sustancialmente, abriendo un debate innecesario el cual
había sido superado por los colombianos y avalado por la Corte Constitucional e
inclusive propone revivir normas que ya fueron declaradas inexequibles.
El gobierno nacional
en su afán de cumplir las recomendaciones (imposiciones) del gobierno
norteamericano, pretende que la honorable Corte Constitucional modere su
jurisprudencia y no limite el uso del glifosato, permitiendo el reinicio de la
aspersión aérea, sin tener en cuenta e importarles el daño ambiental, el riesgo
y las consecuencias que pueda tener este químico para la salud de los
habitantes de las zonas que se utilice.
Nos escandaliza la
noticia de los niños venezolanos que para adquirir conocimiento y recibir su
enseñanza deben cruzan ríos como el Táchira y trochas, pero nos hacemos los de
la vista gorda ante las peripecias que deben sufrir nuestros niños y docentes
para llegar a las instituciones educativas y el mal estado de la
infraestructura de las mismas, donde se pone en peligro la seguridad e integridad
de la comunidad educativa por cumplir con el proceso de enseñanza y
aprendizaje.
Indilgamos a líderes
del gobierno Maduro de corrupción y los señalamos con fundamentos fehacientes
ser los máximos responsables de la debacle y la crisis de su país, pero somos
condescendientes y pasivos con la clase política nuestra, la culpable de los
peores desfalcos, sobornos y robos que ha sufrido la nación, condenándonos al
atraso, pobreza, y subdesarrollo.
Nos preocupa como a todos la difícil y grave
situación que padecen nuestros hermanos venezolanos, deseamos que la situación
sea superada y retorne la democracia, la paz y estabilidad que permita la
reconstrucción de esta gran nación, pero también somos consciente que vivimos
en un país donde la polarización cada día se acrecienta, donde los derechos
fundamentales son soslayados, las necesidades básicas se encuentran
insatisfechas, la educación y la salud son paupérrimas, las oportunidades
laborales son escasas, por lo que debemos atender y buscarle solución a nuestra
problemática, de lo contrario muy pronto nos convertiremos en otra Venezuela.
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