miércoles, 17 de junio de 2015

EL IMPERIO DE LAS GUACAMAYAS

Los partidos y movimientos políticos en Colombia han enfrentado una crisis institucional dentro de su organización, por ello se hizo necesario una reforma política que adoptara las reglas para su organización y funcionamiento, en este sentido en el 2011 se sanciono la Ley 1475 para este propósito.

En el artículo 2 de dicha ley señaló que “en ningún caso se permitirá a los ciudadanos pertenecer simultáneamente a más de un partido o movimiento político. La militancia o pertenencia a un partido o movimiento político, se establecerá con la inscripción que haga el ciudadano ante la respectiva organización política, según el sistema de identificación y registro que se adopte para tal efecto el cual deberá establecerse conforme a las leyes existentes en materia de protección de datos”.

Lo anterior obedece a la imperiosa necesidad de cortar de raíz la cada vez más practicada doble militancia y trasfuguismo de los políticos, que de manera descarada recorren su trasegar político en los diferentes partidos sin tener en cuenta la ideología y principios de cada movimiento, sino su sed y avaricia de acceder al poder.

Es cada vez más común ver como determinado candidato enarbola las banderas de determinado movimiento o partido político, pero que al ver amenazado sus aspiraciones políticas sin pudor y vergüenza alguna cambian de organización demostrando la prevalencia de sus intereses particulares ante los de la colectividad que busca que su representante sea una persona idónea y con una propuesta acorde a sus postulados.

Pero también es cierto que el trasfuguismo político tiene su asidero en la organización de los mismos partidos o movimientos, toda vez que estos son dirigidos cada vez más para defender los intereses de determinada casta o familia política y de acuerdo a los intereses electorales, olvidándose de la colectividad y el fortalecimiento programático.

Mientras los partidos políticos no fortalezcan los mecanismos de su democracia interna para establecer reglas claras en la escogencia de sus candidatos, veremos menguada la unidad y disciplina en los diferentes movimientos, toda vez que muchos de sus miembros le importa un bledo la lealtad y coherencia política,  porque lo único que buscan es posicionarse en una organización que le garantice su ascenso al poder.

Por eso encontramos en las diferentes corporaciones de elección popular la actuación de sus miembros sin tener en cuenta el régimen de bancadas que garantiza la disciplina de las colectividades dentro de los cuerpos colegiados, sino que actúan bajo sus intereses personales para satisfacer sus necesidades económicas y burocráticas, ocasionando un grave deterioro a la democracia, evadiendo la responsabilidad frente a su electorado y al partido con cuyo aval fueron elegidos.

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