martes, 1 de septiembre de 2015

INDISCIPLINA POLITICA

En tiempos modernos, la juventud enfrenta una crisis de falta de autoridad, respeto y obediencia por sus mayores, lo que ha permitido la rebeldía de los jóvenes llevándolos a la drogadicción, vandalismo o delincuencia, lo que los encamina a un futuro nefasto, sin oportunidades y sin un proyecto de vida que pueda garantizar su subsistencia y bienestar.

En el campo político encontramos que se está viviendo la misma situación, donde los integrantes y candidatos de los diferentes partidos no deben respeto y obediencia a los estatutos y las decisiones de su colectividad, lo que permite que, en plena campaña electoral, con insubordinación, indisciplina y hasta soberbia, muchos aspirantes a las diferentes corporaciones no acaten la disposición de su partido de apoyar a determinado candidato a cargo unipersonal.

Este panorama ha demostrado la decadencia de los partidos o movimientos políticos en nuestro país y ha coadyuvado a la proliferación de nuevos partidos, lo que ha permitido el aumento de la tasa de abstención y falta de credibilidad de las colectividades políticas, sumergiendo la política en una grave crisis y poniendo en riesgo la democracia, aunque todo ello permite que la politiquería y el fraude sea el pan de cada día en cada elección que se realiza en el país.

Esto nos demuestra cada vez más que los estatutos y mecanismos que tienen los mismos para aplicar sanciones son letra decorativa o peor aún muerta, ya que sus militantes pueden tomar decisiones independientes y alejadas a las decisiones del partido, e inclusive desviada de los principios e ideales de la colectividad sin que se le inicie una investigación disciplinaria se le suspenda, excluya o expulse.

En el caso concreto de nuestro querido departamento, hemos analizado que se ha incrementado el trasfuguismo político, donde aspirantes a ser avalados por determinado partido al no ser avalado, sin pudor y vergüenza política buscaron otros partidos que garantizaran y aseguraran sus aspiraciones, así mismo ahora en plena campaña observamos cómo integrantes y candidatos de los diferentes partidos que avalan, deciden apoyar y acompañar alcaldías o la gobernación, hacen caso omiso a esta determinación y públicamente adhieren, apoyan y realizan proselitismo a favor del candidato de otro partido o movimiento.

Debido a estas prácticas nefasta y desleales contra las colectividades que los avalan, creo necesario que se haga lo mismo que sucede con la juventud, que sean corregidos o castigados por incumplir sus deberes, la falta de disciplina o desobediencia a sus mayores, así mismo a los miembros y candidatos de los movimientos o partidos políticos se les debe sancionar e imponer lo establecido en los estatutos.

Pero desafortunadamente esto es difícil, porque como en la juventud los mayores somos amenazados con ser demandados por maltrato infantil o violación a sus derechos, muchas veces nos hacemos los de la vista gorda y nos convertimos en cómplices de sus malas actuaciones, los integrantes y candidatos acuden cínicamente al chantaje de renunciar o enrutar su caudal electoral a otro partido para evadir su responsabilidad con las decisiones de la colectividad y los partido con el fin de garantizar su potencial de votación se hacen los ciegos sordos y mudos ante la indisciplina política de sus integrantes.

Desgraciadamente, estas prácticas cada vez más aplicadas están llevando a la construcción de movimientos y partidos sin ideales y coherencia política,  lo que permite que sus integrantes no tengan en cuenta la unidad y disciplina, sino su intereses personales y políticos para satisfacer y saciar sus necesidades económicas, ocasionándole un grave deterioro a la democracia; como ni los integrantes, candidatos o movimiento y partidos políticos toman los correctivos necesarios, nos toca a nosotros, el constituyente primario, implantar la depuración y disciplina política en aras de defender nuestra democracia.

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