En tiempos modernos, la juventud
enfrenta una crisis de falta de autoridad, respeto y obediencia por sus
mayores, lo que ha permitido la rebeldía de los jóvenes llevándolos a la
drogadicción, vandalismo o delincuencia, lo que los encamina a un futuro nefasto,
sin oportunidades y sin un proyecto de vida que pueda garantizar su
subsistencia y bienestar.
En el campo político encontramos que
se está viviendo la misma situación, donde los integrantes y candidatos de los
diferentes partidos no deben respeto y obediencia a los estatutos y las
decisiones de su colectividad, lo que permite que, en plena campaña electoral,
con insubordinación, indisciplina y hasta soberbia, muchos aspirantes a las
diferentes corporaciones no acaten la disposición de su partido de apoyar a
determinado candidato a cargo unipersonal.
Este panorama ha demostrado la
decadencia de los partidos o movimientos políticos en nuestro país y ha
coadyuvado a la proliferación de nuevos partidos, lo que ha permitido el
aumento de la tasa de abstención y falta de credibilidad de las colectividades
políticas, sumergiendo la política en una grave crisis y poniendo en riesgo la
democracia, aunque todo ello permite que la politiquería y el fraude sea el pan
de cada día en cada elección que se realiza en el país.
Esto nos demuestra cada vez más que
los estatutos y mecanismos que tienen los mismos para aplicar sanciones son
letra decorativa o peor aún muerta, ya que sus militantes pueden tomar
decisiones independientes y alejadas a las decisiones del partido, e inclusive
desviada de los principios e ideales de la colectividad sin que se le inicie
una investigación disciplinaria se le suspenda, excluya o expulse.
En el caso concreto de nuestro querido
departamento, hemos analizado que se ha incrementado el trasfuguismo político,
donde aspirantes a ser avalados por determinado partido al no ser avalado, sin
pudor y vergüenza política buscaron otros partidos que garantizaran y
aseguraran sus aspiraciones, así mismo ahora en plena campaña observamos cómo
integrantes y candidatos de los diferentes partidos que avalan, deciden apoyar
y acompañar alcaldías o la gobernación, hacen caso omiso a esta determinación y
públicamente adhieren, apoyan y realizan proselitismo a favor del candidato de
otro partido o movimiento.
Debido a estas prácticas nefasta y
desleales contra las colectividades que los avalan, creo necesario que se haga
lo mismo que sucede con la juventud, que sean corregidos o castigados por
incumplir sus deberes, la falta de disciplina o desobediencia a sus mayores,
así mismo a los miembros y candidatos de los movimientos o partidos políticos
se les debe sancionar e imponer lo establecido en los estatutos.
Pero desafortunadamente esto es
difícil, porque como en la juventud los mayores somos amenazados con ser
demandados por maltrato infantil o violación a sus derechos, muchas veces nos
hacemos los de la vista gorda y nos convertimos en cómplices de sus malas
actuaciones, los integrantes y candidatos acuden cínicamente al chantaje de
renunciar o enrutar su caudal electoral a otro partido para evadir su
responsabilidad con las decisiones de la colectividad y los partido con el fin
de garantizar su potencial de votación se hacen los ciegos sordos y mudos ante
la indisciplina política de sus integrantes.
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