Foto/Revista Semana |
Los
habitantes de la Costa Caribe fuimos sorprendido y advertidos con el anuncio
del Centro Nacional de Huracanes y el IDEAM sobre el paso del Huracán Matthew
por nuestra costa, sus posibles estragos y consecuencias, pero lo que no
advirtieron y previeron fue el paso del Huracán Plebiscito, sus efectos y
secuelas en toda Colombia.
Por eso
después de la jornada electoral, lamentablemente palpamos como la clase
política de este país, con algunas excepciones, no les interesa las decisiones
fundamentales de la nación, el fortalecimiento de la democracia y su
participación, mientras no esté en juego sus curules, su puestos e intereses o
en el peor de los casos reine la mermelada o el vil dinero en el ejercicio
democrático.
Las
victimas quienes han padecido el horror, dolor y consecuencia de esta guerra
absurda, han demostrado su intención de frenarla, de la búsqueda de la paz
mediante el dialogo y su indeclinable decisión de perdón y reconciliación, caso
contrario de los habitantes de las grandes urbes donde en muchos casos la
violencia no ha tocado sus puertas, han decidido aplazar esta oportunidad con
el argumento de renegociar lo acordado.
Así
mismo, los jóvenes, quienes son los llamados a disfrutar de un país acorde a la
decisión que se tomaron en este procedimiento popular, demostraron una vez con
su baja participación, su decidía y apatía en hacer parte de la toma de
decisiones estructurales de la nación, su poco interés en la participación
política y la prevalencia del interés económico para ejercer su derecho al
voto.
Los
Órganos Electorales han probado una vez más su transparencia, capacidad y
compromiso con la democracia, al realizar unas elecciones sin contratiempo y
dar a conocer sus resultados con agilidad, eficacia y exactitud, sin importar
las falacias y acusaciones de sus detractores que amancillaron su nombre y prestigio.
También
evidenciamos un presidente respetuoso y decidido a la consecución de la paz,
quien prefirió exponer la estabilidad de su gobierno, para que fuera el pueblo
quien refrendara los acuerdo, a la imposición de los mismos por firma
presidencial o cualquier otro mecanismo que contempla nuestra constitución.
Bueno gracias a Dios ya este Huracán paso, ojala
los Colombianos demostremos una vez más de que estamos hechos y como siempre
ante la adversidad, calamidad e infortunio exhibamos la solidaridad, pujanza y
capacidad que nos ha caracterizado y unidos podamos recomponer el camino y
logremos construir un mejor país y en paz.
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