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Desde que más de 11 millones de
colombianos levantaron su voz de protesta, mediante el voto en la consulta
anticorrupción, diciéndole a los corruptos no más, basta ya, no seguiremos
permitiendo que se apropien o malversen nuestros dineros, se inicia una nueva
corriente política en el país.
El presidente Duque responde al
inconformismo llamando a los promotores de la consulta y diferentes fuerzas
políticas para acordar un gran acuerdo anticorrupción y presentar las
iniciativas al congreso, los cuales efectivamente radicó, son 7 proyectos de
ley y 1 de acto legislativo con los cuales dice "estar comprometido en derrotar el cáncer de la corrupción, que ha sido
un flagelo que ha golpeado a Colombia en todos los niveles".
Paradójicamente, mientras el presidente
radica ante el congreso las iniciativas para combatir la corrupción y se
compromete a luchar contra este flagelo, su ministro estrella Alberto
Carrasquilla es llamado al senado para un debate de control político, por haber
organizado unos instrumentos de deuda pública por medio de los cuales los
municipios recibieron créditos para acceder a recursos inmediatos.
Los bonos del agua, o “Carrasquillas”,
fueron créditos entregados a 117 municipios para que accedieran a recursos para
invertir en agua potable y saneamiento básico, lo que para los municipios hasta
aquí sería una gran herramienta, lo grave del asunto es que el doctor
Carrasquillas se aprovechó presuntamente y gestiono los bonos desde su papel
como jefe de la cartera económica en el año 2007 y posteriormente fundó la
empresa konfigura Capital quien se benefició de estos títulos económicamente.
Para ello, condicionó a los municipios
con una tasa de intereses muy elevada y unos plazos que no permitían el pago de
la deuda sino en el plazo estipulado, para contextualizarnos miremos el caso de
Buenaventura, a quien por estos bonos se le acreditó 49 mil millones de pesos,
han cancelado hasta la fecha 56 mil millones de pesos, y todavía deben otros 42
mil millones, además no cuenta con el servicio de agua porque el negocio fue
inviable financieramente con estos intereses.
En dicho debate de control político,
evidenciamos como es costumbre que el Congreso se divide en estos casos, los
congresistas de oposición y los congresistas de la bancada de gobierno, los
cuales se trenzan en un rifirrafe, unos acusando y otros defendiendo al
ministro.
Lo que sí me llamó la atención, es la
manera como los partidos de gobiernos pretendieron defender al ministro de
Hacienda por su actuación en la configuración de la emisión de estos bonos,
notamos el interés de dar a conocer la invaluable hoja de vida del doctor
Carrasquilla, sus logros profesionales, académicos y como jefe de la cartera
económica, pero en ningún momento argumentaron y fundamentaron la actuación del
ministro como accionista de la empresa que endeudó y perjudicó a 117 municipios
de Colombia.
Para cualquier
colombiano desprevenido que no conozca al detalle las claves y argumentos para
citar al Doctor Carrasquilla al debate político, lo convertirá en su héroe, en
el superministro que sacó de la peor crisis al país, el único llamado a volver
a salvar al país de la debacle del gobierno Santos, olvidándose de los millones
de colombianos que perdieron la oportunidad de contar con el servicio esencial
de agua por la emisión de unos bonos que le significo una millonaria ganancia
aproximada de 8 mil millones de pesos.
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