jueves, 30 de enero de 2020

LA DECISIÓN DE COLOMBIA DE SER CIEGA CUANDO ESTÁ EN CRISIS

Foto: https://www.las2orillas.co

Dice un viejo aforismo “vemos la paja en el ojo ajeno, y no vemos la viga en el nuestro”, este viejo adagio popular adquiere vital importancia en los actuales momentos de nuestro querido país, puesto que acumulamos una grave situación que desestabiliza la nación, pero no queremos asumirla, por el contrario, buscamos esos problemas en la nación vecina para engañarnos, haciéndonos creer que aquí todo marcha a las mil maravillas.


En días pasados en Bogotá se celebró la Cumbre Antiterrorismo donde nuestro presidente pidió más sanciones contra la “tiranía” de Venezuela por su apoyo a grupos “terroristas”, pero obvio tratar el exterminio de nuestros líderes sociales, los cuales vienen siendo masacrados vilmente ante la mirada displicente del Estado.

El autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, en su visita a Bogotá acusa al senador Gustavo Petro de ser cómplice de la dictadura de Maduro, además afirma que existen claros indicios que ha sido financiado a través de dineros de la corrupción venezolana, ante estas aseveraciones la clase política reinante con un silencio cómplice celebra las afirmaciones, no obstante que al gobierno Santos le reclamaban y protestaban cuando algún miembro del gobierno nefasto de Maduro insultaba al senador Uribe.

El Gobierno y su coalición arremeten en la deslegitimación de la protesta, pretendiéndola encausar en la violencia y causante del caos, pero desestima el justo reclamo del pueblo por medio de la represión del ESMAD, no obstante, en otrora el presidente Duque defendía y se solidarizaba con los estudiantes venezolanos quienes según él eran reprendidos violentamente por defender la democracia.

El partido de gobierno es muy llamado hablar de corrupción y derroche, sin embargo, la realidad demuestra otra cosa, caso concreto que pretendan imponernos una ley que beneficia uno de sus miembros, sumado a las interceptaciones ilegales realizadas por el ejército y los viajes del presidente que no reflejan beneficios para la nación sino gastos. Con razón la página web U.S. News nos catapulta con el vergonzoso título “del país del mundo que más se percibe la corrupción”.

Acusamos a Rusia como directo responsable de la expansión de las protestas en América latina, reclamamos la injerencia de este país en las decisiones de algunos estados en el hemisferio, pero aplaudimos la intervención Norteamérica en las decisiones políticas, económicas y militares de la mayoría de naciones latinoamericanas y mundiales, las cuales cumplimos a cabalidad como lacayos.

Mientras no reconozcamos nuestra problemática y asumamos nuestras deficiencias, no podremos brindar solución a los problemas como la corrupción, desempleo, pésimos servicios de salud, educación que no nos permiten brindar bienestar y mejores condiciones de vida a nuestra gente.

Es hora de asumir un liderazgo sin sesgos que permitan la unión y termine con la polarización que está incitando a la violencia y desgobierno, se requiere con urgencia apropiarse de las necesidades del pueblo, abrir un dialogo nacional donde estén representado todos los sectores y logremos encaminar la política de estado en beneficio de los más necesitados.

Porque si seguimos evadiendo nuestros problemas y buscando como excusa lo de otros países como Venezuela, en un tiempo no muy lejano podremos evidenciar como este país hermano encausa su rumbo y gracias a sus grandes yacimientos petroleros supera su grave crisis, mientras nosotros nos sumimos en el caos y desgobierno.

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