Colombia
un país que lleva más de 50 años de una guerra fratricida, absurda que nos ha
polarizado y negado la oportunidad de crecer, progresar y brindar mejores
condiciones a todos nuestros ciudadanos.
En
infinidades de veces se ha pretendido llegar a un acuerdo que dé por terminado
una vez por todas con esta violencia, con esta guerra sin sentido, pero
desafortunadamente no se ha podido. El presidente Juan Manuel Santos en su
gobierno estableció unos diálogos que han avanzado como nunca antes los
colombianos habíamos visto, por ello apoyamos y depositamos nuestro voto de
confianza, para que siguiera con el proceso y lograra definitivamente la paz
que tanto anhelamos y exigimos los colombianos.
Este
proceso no ha sido fácil para el gobierno nacional, en este camino se ha
encontrado con enemigos de la paz que bombardean el proceso, que buscan la
terminación del mismo y atacan al presidente por su convicción y voluntad de
entregarle al pueblo colombiano un país en paz.
Desafortunadamente
la misma guerrilla con la que se negocia, aporta para que los enemigos de la
paz minen el proceso, lo critiquen y busquen que no llegue a un feliz término,
su accionar terrorista agota la paciencia del pueblo colombiano, por eso
después del secuestro del General Alzate Mora, el Presidente Santos con dolor
de patria, decide suspender los diálogos de paz que se celebran en la Habana.
Pero
el secuestro del general deja muchas suspicacias y dudas que nos llevan a la
reflexión, es común y hasta aceptable que una concursante del reinado de
belleza de Cartagena desconozca quién es Nelson Mandela, pero es inusual e
inaceptable que un general de la república, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta
Titán se desplace por el departamento del Choco de civil, sin escolta y
violando los propios protocolos de seguridad de su institución; tanto que su
propia esposa no se explica esta situaciones y pide esclarecimiento de los
hechos.
No
es posible que un senador de la república conozca primero la información del
secuestro de un general, que el mismo ministro de defensa y el presidente de la
república, es inaudito que los voceros del grupo terroristas quienes representan
su organización no tengan conocimiento de las actuaciones de sus frentes;
entonces como nos explican que se negocia sino tienen el mando y conocimiento
de las acciones de los hombre que representan.
Es
ilógico que las Farc sigan insistiendo en la práctica del horror del secuestro,
sea a civiles o militares, es irrazonable que la oposición se alegre y festeje
la suspensión de los diálogos de paz, es sorprendente que las finalistas del
reinado de Cartagena tengan más conciencia y conocimiento de la importancia de
la paz para Colombia que los integrantes del centro democrático.
Por
eso los amantes de la paz, los ciudadanos que creemos en la conveniencia y el
derecho de las nuevas generaciones de contar con una Colombia en Paz, debemos
apoyar al presidente en estos difíciles momentos, debemos exigir la liberación
de todos los secuestrados y la demostración por parte de la guerrilla de
verdaderos gestos y voluntad de paz.
Es
la primera vez en la historia que hemos avanzado tanto en un proceso de paz, es
la más concreta oportunidad de paz que hemos vivido los colombianos en estos 50
y más años de guerra, por eso debemos insistir y solicitar la reanudación de
los diálogos, que estos inconvenientes sean un motivo para
fortalecer el proceso y establecer condiciones y medidas que vigoricen los
diálogos.
Es una oportunidad
histórica, es un compromiso con nuestra historia, con nuestros ciudadanos, con
las nuevas generaciones, por eso no podemos permitir que la tozudez de algunos,
los oscuros propósito de otros, no permitan que Colombia navegue triunfante al
puerto de la paz que permita de una vez por todas al mejoramiento de las
condiciones de vida de todos sus ciudadanos, el progreso y desarrollo que nos
catapulte a convertirnos en la primera economía de América. Recordemos y no
olvidemos que a Colombia en Paz no la frena Nadie.
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