Foto/Diario El Mundo España |
Evocar a los Estados Unidos de América
es remembrar al país que desequilibro la guerra y permitió poner fin al
holocausto nazi, a la nación que en sus películas de Hollywood fungen como los
salvadores del planeta y los que garantizan el orden mundial, que brindan
oportunidades, pero sobre todo el estado donde reina y se pregona la democracia
y la libertad.
Pero esta percepción se está
derrumbando, con la llegada del magnate Donald Trump a la presidencia, todo está
cambiando de manera acelerada y vertiginosa, la población mundial comienza a
preocuparse y llenarse de zozobra por culpa de las políticas
activadas por el nuevo mandatario.
Trump, en sus primeros días, implemento
acciones ejecutivas sobre la inmigración donde pretende crear una fuerza
deportiva masiva, poniendo en riesgo la separación de familias
estadounidenses. Asimismo amenazó a las urbes que
protegen a los emigrantes con retirarles multimillonarios fondos federales,
atentando con la unión y autonomía política de los estados.
También persiste en su iniciativa de
construir un muro con México, el cual crearía una barrera fronteriza y aislaría
estas dos naciones, pero de manera absurda pretende que se financiado por los
mismos mexicanos, lo que ha parecido una falta de respeto a la dignidad de
México e incluso de toda América.
Las relaciones exteriores también han
sufrido reveses y se han visto afectadas con la manera de gobernar de Donald
Trump. La Unión Europea muestra preocupación por el abierto apoyo del
presidente a la decisión de Reino Unido de separarse de la comunidad, lo que puede
incentivar a otros países a tomar la misma decisión.
Trump también tuvo una agitada
discusión con el primer ministro australiano, al cual amenazó con revisar los
acuerdos comerciales entre los dos países y a quién le colgó el teléfono, lo
que demuestra la inexperiencia del presidente en el manejo de las relaciones
internacionales, las cuales por lo visto hasta ahora, pretende manejar con la
misma soberbia y ego con que manejaba su emporio empresarial.
Pero el presidente norteamericano no
paro allí. Por el contrario se atrevió fustigar al juez que congeló el decreto
que negaba la entrada de refugiados y personas de países predominantemente
musulmanes, atentando con la libertad y división de poderes en su nación.
Siempre he tenido una concepción que
el presidente de los Estados Unidos de América tiene funciones de manejo de
política internacional, pero que el mismo sistema norteamericano permite poner freno
a sus decisiones si se desbordan y amenazan con la inestabilidad, seguridad y
economía de esta gran nación. Hoy ruego que sea así, para que pueda haber un órgano
o mecanismo que controle o pueda poner fin a las atrocidades y desaciertos políticos
que viene asumiendo el gobierno Trump.
Si no es así, tendremos que prepararnos para la debacle mundial, donde la
armonía, estabilidad, paz, intercambio comercial, la fraternidad y ayuda entre
naciones estarán entre dicho debido al efecto Trump, lo que nos podría llevar a
una recesión que perjudique el progreso y desarrollo o, en el peor de los casos, a
una guerra mundial que nos traiga muerte, dolor y desolación.
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