jueves, 23 de febrero de 2017

ODEBRECHT

Foto/Diario El Comercio de Perú
Obrar con transparencia, economía, responsabilidad, equilibrio contractual son principios, bajos los cuales se debe desarrollar la contratación pública para garantizar su correcta adjudicación,  la perfección del contrato y el desarrollo del mismo, permitiendo de esta manera establecer medidas que generen confianza en la inversión de los dineros públicos.

Dineros que son invertidos por el Estado para dar cumplimiento a sus fines esenciales, su función social y prestar de manera eficiente y continúa los servicios públicos, para ello se hace necesario exigir la ejecución idónea y oportuna de la contratación que conceda satisfacer las necesidades de sus administrados y posibilite el desarrollo y progreso de sus comunidades.

Estos preceptos están concebidos para que se conviertan en los guardianes de la contratación estatal, revistiéndola de inmunidad contra la corrupción, atentado a las buenas costumbres en la administración pública y preservar los dineros públicos.

Bien podríamos asegurar al leer y conocer los principios y leyes sobre la contratación estatal que Colombia se encuentre exime de la corrupción y los malos manejos de los recursos públicos, pero desafortunadamente la realidad es otra.

Recientemente grandes hallazgos de corrupción han demostrado que a pesar de las leyes creadas para evitar la corrupción, estas han sido letra muerta, puesto que la clase política se ha valido de artimañas para violarla y convertir la contratación estatal en un sistema vulnerable y que ha permitido los mayores robos a las entidades estatales.

Es por ello que el caso de los sobornos de la multinacional Obedrecht ha sacudido e indignado la opinión pública, al conocer los tentáculos de esta empresa para penetrar la clase política del país a tal punto de aportar dinero a las campañas presidenciales, incluyendo, se presume por lo dicho por el ex senador Otto Bula, la del actual mandatario y sobornar dirigentes para lograr la adjudicación de contratos.

Colombia a través del tiempo ha padecido la violencia, el atraso y la falta de solución de las necesidades insatisfechas de sus habitantes, gracias al incumplimiento y terminación de las obras contratadas, debido al pago de coimas y sobornos que permiten que los dineros públicos destinados a la realización de los trabajos, terminen enriqueciendo y beneficiando a particulares sin importar el perjuicio causado al país.

Hemos avizorado el camino de la paz, esto nos ha permitido salir del letargo donde la violencia nos ha sumido, permitiéndonos ver que los problemas que adolece nuestra nación: La corrupción, malos manejos del erario y malas actuaciones administrativas.

Tratemos de recomponer el camino, libremos una lucha frontal contra los corruptos, castiguemos severamente las malas actuaciones de nuestros gobernantes. Como constituyente primario tenemos la herramienta del voto como castigo, no permitiéndoles ejercer la dignidad de ser elegidos como nuestros gobernantes, solo así podremos construir las bases para una paz estable y duradera que permita un mejor país que brinde bienestar, progreso y desarrollo a sus habitantes.

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