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Transcurría la
década de los 60, 70 y 80 Venezuela gracias a su gran bonanza petrolera, gozaba
de una economía estable, lo que permitía brindar oportunidades laborales a sus
nacionales y extranjeros, lo que sedujo a gran cantidad de colombianos que
buscando un mejor futuro decidieron cruzar la frontera y establecerse en el
vecino país.
Venezuela a estos
connacionales lo acogió, brindándoles una nueva alternativa de vida, empleo y
permitiéndole la construcción de un mejor futuro y bienestar para ellos y sus
familias, los cuales obtuvieron nacionalidad venezolana y decidieron establecer
su vida en el país que les abrió sus puertas y permitió mejorar sus condiciones
de vida.
En los últimos
años debido a las tensiones políticas entre las dos naciones, la caída de los
precios del petróleo y una política económica nefasta, que ha sucumbido a
nuestra hermana república en una grave crisis política, social y económicas,
cambiando la estabilidad y condiciones de nuestros compatriotas y de sus mismos
nacionales, ha obligado a muchos retornar a nuestros país con sus familias
venezolanas y así mismo el éxodo de miles de venezolanos que buscan una mejor
oportunidad en nuestra patria.
Muchos son los
políticos que se solidarizan con la situación de los Venezolanos, que piden una
intervención, pero que a la hora de legislar y tomar medidas que salvaguarden
su integridad hacen caso omiso, no establecen medidas de contingencias eficaces
que permitan brindar una verdadera ayuda y aminore los padecimientos de estos
venezolanos.
Por ello es común
encontrar muchos venezolanos padeciendo necesidades, sin oportunidades, empleo,
en plan rebusque ante la mirada inclemente del gobierno nacional y los partidos
políticos, si de esos mismos que dicen apoyar su causa, reclaman y exigen al
régimen de Maduro el restablecimiento del orden constitucional,
restablecimiento de los principios democráticos, el respeto a los derechos
humanos y de la libertad.
Lo triste de esta
historia que durante sus mandatos no han hecho cosa distinta a las
implementadas en Venezuela como reformar la constitución para mantenerse en el
poder, permite la muerte de líderes sociales, desconocen y hacen caso omiso a
la muerte de niños por desnutrición, la mala atención en salud, la falta de
oportunidad laborales, la escasa posibilidad de pensionarse de los
trabajadores, el aumento de la corrupción y las necesidades insatisfechas de
una gran cantidad de compatriotas.
Nos hemos
acostumbrado a mirar la paja en el ojo ajeno, haciendo caso omiso a nuestra
realidad y a nuestra problemática, pero como bandera electoral damos cátedra y
advertimos que si no apoyamos su causa estaremos condenado a vivir el caos y la crisis que afronta el hermano país, pero
a la hora de actuar y tomar medidas que coadyuven el padecimiento de los
venezolanos no la hacemos, solo nos volvemos diatriba y populismo.
El pueblo
colombiano debe despertar, debe saber que nuestra economía es diversificada y
no sólo se encuentra expensa a una crisis como la venezolana, pero si es cierto
que debemos tomar consciencia y abordar la problemática de raíz acabando con
los corruptos, oxigenando la clase política e implementar políticas de estado
que cumplan con el verdadero sentido de nuestra república y garantice un
verdadero estado de derecho.
De lo contrario
estaremos condenados a repetir no la historia de Venezuela, sino nuestra misma
historia donde la pobreza, violencia y corrupción han desangrado nuestro bello
país desde tiempo memoriales, coartándonos la oportunidad de progreso, bienestar
y desarrollo.
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