Foto: www.las2orillas.com |
Debido a la caída en los precios del
petróleo, la desaceleración económica, seguir implementando una supuesta
“política de austeridad”, cumplir las metas fiscales y consolidar la
calificación BBB que indica que nuestro país se encuentra en un nivel medio, en
buena situación en el momento de ser calificada por las firmas calificadoras de
crédito, el Gobierno Nacional anuncio una reducción considerable en el proyecto
del presupuesto para 2018.
En dicho anuncio el ministerio de
hacienda plantea reducir el gasto público, la eliminación de nóminas paralelas,
congelación de la nómina estatal, rebaja de gastos generales y la reducción del
presupuesto de diversos sectores como el de ciencia y tecnología, minas y
energía, deportes, entre otros.
Por este recorte donde se estima que
para recreación y deporte se hará una disminución presupuestal considerable se
ha desatado un gran despliegue noticioso
donde se ha criticado y fustigado al gobierno porque con esta medida se
afectaría el desarrollo deportivo, la inversión en infraestructura, los
estímulos y apoyo a los deportistas de alto rendimientos que tanta glorias han
brindado a nuestro país.
Apoyo y me sumo a las voces que
solicitan y exigen que el presupuesto para la recreación y deporte no sean
reducidos, pero a la vez veo con extrañeza y preocupación como en nuestro país
consentimos y fuimos cómplices cuando el gobierno dispuso que los recursos de
los saldos del fondo de ciencia, tecnología e innovación que no fueron
utilizados fueran trasladados e invertidos en la construcción de vías
terciarías, lo que cerceno al país de la posibilidad de cumplir con sus metas
de desarrollo, crecimiento y competitividad.
No entiendo como un país que sueña
en convertirse en uno de los más educados no presupueste y destine suficientes
recursos para el sector educación, garantizando una mejor infraestructura
educativa, inversión tecnológica y capacitación docente, que permita una mayor
calidad educativa y un mejor proceso de enseñanza y aprendizaje que convierta a
la educación como el arma más poderosa para cambiar el mundo.
Es inaudito que con el pretexto de
insostenibilidad económica el gobierno nacional haya objetado leyes de gran
contenido social como la que pretende formalizar como trabajadoras formales del
estado a las madres comunitarias del ICBF, la eliminación del cobro de
reconexión de servicios públicos, rebaja de cotización en salud para los
pensionados o la reducción de números de semanas cotizadas a mujeres para
pensionarse, desvirtuando el estado social de derecho que tanto pregonamos y
defendemos.
Pero por el contrario haya realizado
un esfuerzo económico para incrementar considerablemente los salarios de
congresistas y a funcionarios con altos cargos del Estado, soslayando el
bienestar de la clase trabajadora
colombiana con la imposición de una reforma tributaria que con impuestos y
tributos desmejoran sus condiciones de vida y oscurecen el futuro de sus
familias.
Somos conscientes que atravesamos
momentos de crisis y penurias económicas, lo que plantea que debemos ajustarnos
el cinturón, sanear y estabilizar las finanzas del estado para que cumpla con
sus fines, garantizando el bienestar, desarrollo y progreso acorde a las
necesidades de sus ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario