La
costa Caribe, región maravillosa, premiada por Dios con una gran variedad de
especies animales y vegetales, con un patrimonio cultural invaluable, una
belleza natural incalculable y una riqueza mineral extraordinaria.
Pero
a pesar de todas esas cualidades con la que Dios nos premio, esta hermosa
región y sus habitantes venimos siendo atropellados y nuestros derechos
vulnerados a través de la historia por los gobiernos de turno.
Aquí
encontramos que muy a pesar de contar con abundantes yacimientos de carbón,
petróleo, níquel, piedra caliza, oro o plata, lo que le representa al país
dinero contante y sonante para invertir en obras de infraestructura y le sobra
para engordar la corruptela. Desafortunadamente las regalías producidas por estos
yacimientos, el gobierno nacional decidió repartirlas de manera equitativa en
toda la nación, sin importar que nuestra gente es la que se ve afectada por el
impacto ambiental que generan estas minas.
Contamos
con ilustres hombres que se han destacado en los diversos ámbitos de la vida
nacional como la política, la docencia o la cultura, así mismo hemos incidido de
manera preponderante en los últimos años, en la elección de presidentes de la
república, y aun así, nuestra querida región tiene una representación irrisoria
en los diferentes ministerios.
La
región Caribe cuenta con el peor servicio energético del país, por los
constante abusos que la empresa Electricaribe viene ejerciendo contra sus
usuarios, aunque el presidente Santos realizó una promesa de campaña, donde
advirtió a dicha empresa, “sino cambia los cambiamos”, pero a pesar que siguen
los abusos y atropellos no se ha logrado el tan anhelado cambio; todo lo
contrario nuestra gente vive a diario múltiple desabastecimiento de energía.
Ahora
para colmo de males la Comisión de Regulación de Energía y Gas “CREG” decidió
aumentar las tarifas del gas natural en un 25% solo a los departamentos de la
costa atlántica, sin tener en cuenta que en la península de la Guajira existe
la mayor reserva que tiene el país de este producto y sin importarle para nada
el impacto que esta alza representa en la precaria economía de nuestra gente.
Por
todo lo anterior es necesario aunar nuestras fuerzas: Los gremios, los
políticos, demás fuerzas vivas y las personas del común, para levantar la voz
de protesta reclamando nuestros derechos y así retomar importancia histórica,
presencia ciudadana y dejar de ser relegados por un gobierno insolente, para el
cual fuimos de vital importancia en su reelección para tratarnos ahora como unos convidados de piedra en este
momento.
De
no hacerlo ahora, seguirán saqueando nuestras riquezas naturales y seguirán
usufructuando nuestro potencial electoral en beneficio de castas que nos
menosprecian y solo seguiremos siendo el lugar predilecto de los que ostentan
el poder, para rumbear en las fiestas del mar, en el reinado nacional de
belleza, el carnaval o el festival de la leyenda vallenata.
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