miércoles, 10 de diciembre de 2014

POBRE CARIBE

La costa Caribe, región maravillosa, premiada por Dios con una gran variedad de especies animales y vegetales, con un patrimonio cultural invaluable, una belleza natural incalculable y una riqueza mineral extraordinaria.

Pero a pesar de todas esas cualidades con la que Dios nos premio, esta hermosa región y sus habitantes venimos siendo atropellados y nuestros derechos vulnerados a través de la historia por los gobiernos de turno.

Aquí encontramos que muy a pesar de contar con abundantes yacimientos de carbón, petróleo, níquel, piedra caliza, oro o plata, lo que le representa al país dinero contante y sonante para invertir en obras de infraestructura y le sobra para engordar la corruptela. Desafortunadamente las regalías producidas por estos yacimientos, el gobierno nacional decidió repartirlas de manera equitativa en toda la nación, sin importar que nuestra gente es la que se ve afectada por el impacto ambiental que generan estas minas.


Contamos con ilustres hombres que se han destacado en los diversos ámbitos de la vida nacional como la política, la docencia o la cultura, así mismo hemos incidido de manera preponderante en los últimos años, en la elección de presidentes de la república, y aun así, nuestra querida región tiene una representación irrisoria en los diferentes ministerios.

La región Caribe cuenta con el peor servicio energético del país, por los constante abusos que la empresa Electricaribe viene ejerciendo contra sus usuarios, aunque el presidente Santos realizó una promesa de campaña, donde advirtió a dicha empresa, “sino cambia los cambiamos”, pero a pesar que siguen los abusos y atropellos no se ha logrado el tan anhelado cambio; todo lo contrario nuestra gente vive a diario múltiple desabastecimiento de energía.


Ahora para colmo de males la Comisión de Regulación de Energía y Gas “CREG” decidió aumentar las tarifas del gas natural en un 25% solo a los departamentos de la costa atlántica, sin tener en cuenta que en la península de la Guajira existe la mayor reserva que tiene el país de este producto y sin importarle para nada el impacto que esta alza representa en la precaria economía de nuestra gente.

Por todo lo anterior es necesario aunar nuestras fuerzas: Los gremios, los políticos, demás fuerzas vivas y las personas del común, para levantar la voz de protesta reclamando nuestros derechos y así retomar importancia histórica, presencia ciudadana y dejar de ser relegados por un gobierno insolente, para el cual fuimos de vital importancia en su reelección para tratarnos  ahora como unos convidados de piedra en este momento.


De no hacerlo ahora, seguirán saqueando nuestras riquezas naturales y seguirán usufructuando nuestro potencial electoral en beneficio de castas que nos menosprecian y solo seguiremos siendo el lugar predilecto de los que ostentan el poder, para rumbear en las fiestas del mar, en el reinado nacional de belleza, el carnaval o el festival de la leyenda vallenata.

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